COMPARTO


También iré añadiendo frases, vídeos y textos de lo que creo y comparto: pequeñas joyas que me he ido encontrando a lo largo del camino, que me han hecho reflexionar y crecer.

viernes, 28 de febrero de 2014


He traducido un texto que me gustó mucho y que me parece que es de mucha actualidad. Pido perdón si la traducción no es del todo correcta o si ya existe el libro en español. A mi llegó en inglés y, todo él, me pareció bellísimo. Me parece muy dura la vida en la civilización en que vivimos, de ahí que mi deseo sea llevar bienestar y equilibrio a las personas.

"Esta noción de que el día es un lugar sagrado ofrece un bonito marco para la creatividad que puede proporcionar un día. Tu vida toma  la forma de los días que habitas. Los días penetran en nosotros. Tristemente, en la vida moderna, el día se convierte frecuentemente en una jaula. Aquí una persona pierde su juventud, energía y fuerza.  El día se experimenta frecuentemente como una jaula porque se gasta en el lugar de trabajo. Muchos de nuestros días y mucho de nuestro tiempo se gastan haciendo un trabajo que queda fuera de los territorios de la creatividad y el sentimiento. El sitio de trabajo puede ser complejo y muy difícil. La mayoría de nosotros trabajamos para otro y perdemos mucha de nuestra energía. De hecho, una de las definiciones de energía es la habilidad para realizar un trabajo. Los días gastados enjaulados nos vuelven cansados y hastiados. En una ciudad, todos los atascos matinales mantienen ansiosos y frustrados  a la gente que apenas han dejado atrás la noche y están somnolientos. La presión y el stress ya han robado su día. Por la noche, esa misma gente está agotada después de un largo día de trabajo. En el momento en que llegan a casa, no les queda energía para hacerse cargo de sus deseos, pensamientos y sentimientos, los cuales han sido descuidados durante todo el día.

En una primera consideración, es muy difícil reunir el mundo del trabajo y el mundo del alma. La mayoría de nosotros trabaja para sobrevivir. Necesitamos conseguir dinero, no tenemos otra opción. Por otro lado, aquellos que están desempleados se sienten frustrados y degradados, y sufren una gran pérdida de dignidad. Con todo, aquellos de nosotros que trabajamos frecuentemente estamos atrapados en una cuadrícula de previsibilidad y repetición. Sucede lo mismo cada día. Existe un lado tan anónimo en el trabajo. Todo lo que se requiere de nosotros es nuestro aporte de energía. Nos movemos a través del lugar de trabajo, y, tan pronto como nos hemos ido por la noche, ya hemos sido olvidados. Tenemos el sentimiento de que nuestra contribución, mientras se necesita y se solicita, es simplemente funcional y en realidad es apenas apreciada. El trabajo no debería ser así en absoluto, debería ser una esfera de posibilidades y de expresión real".

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(From ANAM CARA, Spiritual Wisdom from the Celtic World, John O´Donohue)

This notion of the day as a sacred place offers a lovely frame for the creativity which a day can bring. Your life becomes the shape of the days you inhabit. Days enter us. Sadly, in modern life, the day is often a cage. Here a person loses his youthfulness, energy and strength. The day is often experienced as a cage precisely because it is spent in the workplace. So many of our days and so much of our time is spent doing work which remains outside the territories of creativity and feeling. The workplace can be complex and very difficult. Most of us work for someone else and lose so much of our energy. As a matter of fact, one of the definitions of energy is the ability to do work. Days spent caged make us tired and weary. In a city all the morning traffic jams hold people who are barely out of the night and are sleepy, anxious and frustrated. Pressure and stress have already stolen their day. In the evening, the same people are weary after a long workday. By the time they get home, they have no energy left to attend to the desires, thoughts and feelings which were neglected all day.

It is very difficult, at first consideration to bring the world of work and the world of soul together. Most of us work in order to survive. We need to make money; we have no choice. On the other hand, those who are unemployed feel frustrated and demeaned and suffer a great loss of dignity. Yet those of us who work are often caught within a grid of predictability and repetition. It is the same every day. There is such an anonymous side to work. All that is demanded of us is the input of our energy. We move through the workplace, and as soon as we are gone in the evening, we are forgotten. We have the feeling that our contribution, while it is required and demanded, is merely functional and in reality hardly appreciated. Work should not be like that at all, it should be an arena of possibility and real expression.